Ni Trujillo, ni Trujillitos (3 de 3)
1 – Tal como hemos reseñado, a la muerte de Trujilloç el país era una finca particular de aquella familia macabra e infame. En el 1961, aquella tierra atormentada, estaba repleta de cuarteles policiales y militares, y con decenas de cárceles para la tortura y la muerte, regentadas por miles de calieses y otros hombres siniestros, que lo de satánico le queda corto.
2 – En aquella era maldita, las ciudades, que hacían de conucos, estaban conformadas por algunos edificios gubernamentales, un parque central y una iglesia. Todas estas edificaciones estaban rodeadas por unos barrios inmundos (verdaderos cordones de miseria), donde habitaban miles de gente sin trabajo, sin servicios sanitarios, sin electricidad y sin acueducto, por lo que este conglomerado así hacinado, vivía en un estado miserable y primitivo; eso sí, en cada rancho de esos, no podía faltar un cuadro de Trujillo, ni la placa que en alto relieve tenía grabada la frase “EN ESTA CASA TRUJILLO ES EL JEFE” o “EN EL CIELO DIOS Y EN LA TIERRA TRUJILLO”. Tampoco podían faltar los cuadros del Sagrado Corazón de Jesús y el de la Virgen María, so pena de ser acusado de comunista, lo que podía ser motivo para la persecución, tortura y muerte. Estas pobres gentes, mal vestidas, descalzas, desdentadas y desnutridas, porque apenas solo podían mal comer una vez al día, tenía que comprar estas prendas con su dinero, además, también tenían que tener al día los tres golpes (la cédula, la palmita y el carnet de Partido), cosa que también tenían que comprar con el poquísimo dinero destinado a mal comer, si acaso, una sola vez al día.
3 – Fue así, como Trujillo dejó un país habitado por una mayoría de gente sumida en la peor pobreza material y espiritual, con una ignorancia espantosa y atemorizada, puesto que ser un librepensador, era un delito mayor que acarreaba hasta la pena muerte. En aquel régimen de oprobios, no se podía ejercer la libertad de conciencia y religiosa, ni de expresión. Además, con el caliesaje que implementó aquel tirano en todo el territorio nacional, se sembró entre los ciudadanos el miedo a la delación, de tal forma, que tú te cuidabas del trabajador que tenías en la casa, del vecino y el amigo, del compañero de trabajo, y hasta de los mismos familiares.
4 – Esta situación activó el instinto de supervivencia individual e impidió la cohesión familiar y social de nuestro pueblo, cosa que unida al mal ejemplo de los Trujillo (robar, violar, asesinar), sembró en la ciudadanía una paranoia colectiva, que deformó el espíritu nacional, para transfórmanos en lo que hoy somos: una sociedad que sucumbe por la corrupción de sus gobernantes y funcionarios. Trujillo y sus familiares, con sus ejemplos, nos enseñaron a robar, a ser deshonestos y autoritarios. Esta lacra se enquistó en el alma nacional, y nos hizo mucho daño. Trujillo no fue una escuela de valores, sino, todo lo contrario. Por eso los tantos ladrones y gentes deshonestas y autoritarias que hoy existen en nuestra patria. Incluso, yo pienso, que la matanza de mujeres (los tantos feminicidios) por parte de nuestros hombres del montón, tienen su origen en una carga genética que injertaron los Trujillo en cuerpo biológico y social de nuestros machos, y que corren en ambos estamentos (en el biológico y social), hasta el día de hoy.
5 – En este punto hay que tomar en cuenta, que nuestra isla a partir de 1492 se pobló con individuos desalmados que sacaron de las cárceles europeas que estaban condenadas a muerte o a prisión perpetua por robos y asesinatos. En consecuencia, la nación dominicana tiene sus raíces étnicas con esta clase de gente, y naturalmente, por cantidad de gente buena, pero en menor cuantía. Por ese azar de la vida, los Trujillo y su cuadrilla de ladrones y asesinos provienen de aquellas escorias. Posteriormente, para desgracia de la patria, entre Trujillo y Balaguer mataron a la mayoría de los buenos, es decir, a las personas con los genes altruistas, con carga genética para hacer el bien y poseer talentos positivos y otras virtudes. Es tan así, que la mayoría de los que nos han gobernado desde que somos república, incluyendo a los demás altos funcionarios y a los empresarios, son gente que proviene de ese conglomerado de malvados. El más representativo de todos ellos, fue Trujillo y su familia. Después le siguieron como los más connotados, Balaguer, Leonel y Danilo, cada uno con su correspondiente corte de rufianes.
6 – El hecho es, que después de la muerte del tirano, le sustituyeron en el mando civiles y militares que fueron parte de su estructura política. De hecho, las familias con los apellidos más sonoros de nuestro país, hoy detentan el poder político y económico y ostentan las fortunas más inmensas, producto de haberse adueñado del dinero, fincas e industrias y de otras propiedades dejadas por Trujillo. Sus caudales también lo aumentaron, dándole seguimiento a la depredación del estado y a la explotación inmisericorde de la mano obrera. Esa situación, se evidenció, principalmente a los que hicieron capitales con la industria azucarera.
7 – Pero también, en la sociedad actual consustancial del trujillismo, los que han surgido desde abajo, por las mismas razones de transmisión genética que las anteriores, también han resultado, ladrones y autoritarios; el peledeísmo es el prototipo que da validez a esta premisa; por ejemplo, los que fueron presidentes por el PLD (Leonel y Danilo) y sus funcionarios, como los empresarios que fueron cogobierno con ellos, son el vivo modelo y evidencia, de cómo corre por nuestra sangre, esos genes que transmiten el ladronismo de Trujillo.
8 – Esta lacra también la eximen los profesionales, como médicos y abogados, quienes hoy por hoy, andan detrás del dinero ajeno, con formas que nos hacen pensar que son nietos o sobrinos de Trujillo. También hay que cuidarse del zapatero, del carpintero, del jardinero, del electricista, y de cualquiera que tengas un oficio del que te valgas, para llevar a cabo una tarea en nuestra empresa o en nuestra casa. Frente a ellos, tienes que montar guardia para que no te esquilmen.
9 – Parafraseando unos conceptos de Bosch contenido en su libro “Composición Social Dominicana”, explico este fenómeno social de la siguiente manera: El régimen de Trujillo creó una sociedad sin una escala de valores morales; una sociedad deformada, de donde ha surgido una mayoría que no tiene lealtad a nada, ni a un amigo, ni a un partido, ni a un principio, ni a una idea ni a un gobierno. El único valor importante para ellos es el dinero, porque con él pueden vivir en el nivel que les pertenece desde el punto de vista social y cultural; y para ganar dinero se desconocen todas las lealtades y todos los valores, por ello, robar le es permitido, sin creerse que están haciendo algo malo.
Ramfis Domínguez Trujillo, otro fabulador en la arena política
10 – Finalmente quiero advertir a mi pueblo de un sinvergüenza nieto de Trujillo (el tal Ramfis Domínguez Trujillo), que anda por ahí pretendiendo ganar la presidencia de la República ignorando olímpicamente a los hijos de puta que fueron sus antepasados. A despecho de esa historia de sangre y barbaries, en sus discursos (sin ningún pudor ni delicadeza, ni respeto a los caídos en aquella tiranía), este fabulador siempre enfatiza, que su abuelo fue “un gran ser humano” y lo sazona diciendo, ¡demasiado humano! Este señor parece no darse cuenta, que sus discursos y su presencia constituyen una ofensa e irrespeto para los de la “Raza Inmortal” y sus descendientes, y para el pueblo consciente de lo que fue aquella satrapía.
11 – Es indignante ver como este narcisista niega que su abuelo no fue un ladrón, sino un patriota, y lo hace con un cinismo que espanta e irrita, tal como hacen los psicópatas de la vida real y los que vemos en las películas. Este fabulador, con sus discursos ensamblados con sofismas, quiere ganar el corazón de los incautos, de aquellos no saben de la saga maléfica que esta familia maldita lleva en sus entrañas, y caen este bache, porque no conocen de psicología y psicobiología, ni de genética, ni de neurociencia para entender que la psicopatía se hereda, que se lleva en la sangre y en las entrañas.
12 – Este Trujillo sabe muy bien que él no es dominicano, porque nació en New York, razón por la cual tiene un impedimento constitucional insalvable. A sabiendas de esa imposibilidad, él sigue en su proselitismo, porque con ello ha constituido una empresa, que con los “pendejos que le dan dinero”, se hace de pingües beneficios.
13 – Un Trujillo aspirando a gobernar nuestro país, y proclamando que su abuelo fue un gran ser humano, y requintarlo con “demasiado humano”, como negar que aquella bestia fue un ladrón, un cuatrero, un violador, un asesino despiadado, viene a ser una afrenta a nuestra historia y a los tantos mártires que ofrendaron sus vidas y bienes para deshacernos de aquel monstruo. Constituye una falta de respeto y un desafío y afrenta a la dignidad nacional, de quien como Ramfis Domingo Trujillo, quiera gobernar nuestro país, ignorando y tergiversando esa historia, y más, cuando lo hace montado en esa absurda defensa que con tanta pasión hace de su endemoniado abuelo. Elegir a un Trujillo de presidente, en el caso a Ramfis Domínguez, aparte de violar la constitución de la República, sería darle un honor inmerecido a esa horda familiar y reivindicarla. Ello sería un sacrilegio, una maldición y una afrenta y estigma bochornoso para los dominicanos conscientes, que comprometidos con su patria, están alerta y prestos para defender la dignidad nacional cuando alguien como Ramfis Domínguez Trujillo, quiera, ose o pretenda mancillarla.
14 – En consecuencia, desde el punto de vista patriótico, genético, histórico, ético y moral, desde la atalaya de la decencia y la dignidad nacional, es rigurosamente inaceptable que un Trujillo nos vuelva a gobernar. De ocurrir semejante contingencia, sería una vagabundería mayor de nosotros los dominicanos, y quedaríamos ante el mundo, como gente sin pudor, sin honor y sinvergüenzas.
15 – ¡¿Ustedes se imaginan, nuevo un Trujillo gobernado nuestro país, y que Angelita Trujillo (otra psicópata), entre triunfante el Palacio Nacional!? No olvidemos que la familia Trujillo (y Angelita lo es), solo engendra seres malvados. De las entrañas y vientres de esa saga, solo salen demonios.
A modo de conclusión
A – A esta altura del juego, todavía existen personas (los trujillistas y los muy ingenuos o ignorantes), que quieren justificar el trujillismo y sus barbaries diciendo que Trujillo fue un producto de su época. Desde el punto de vista genético y psicológico, este concepto es totalmente falso. Las circunstancias sociales adversas, sólo son el terreno propicio para el crecimiento y desarrollo de la naturaleza innata de esos seres despreciables, que son una aberración de la naturaleza. La psicopatía, no tiene nada que ver con los tiempos, puesto que los psicópatas nacen en todas las épocas y en cualquier parte del mundo. Los psicópatas como Trujillo nacen, y con el tiempo y las circunstancias desarrollan y ponen en práctica todo lo que conlleva su aberrante naturaleza, con la agravante, que sus genes se transmiten, tal como se ha visto ha sucedido con esta satánica familia.
B – En esta historia, para mal, Ramfis Domínguez Trujillo, que es un pura cepa de esa saga familiar, por lo visto, no es la excepción a la regla, de lo que han sido los Trujillo; como si lo han sido los dos hijos de Pablo Escobar Gaviria (Juan Pablo Escobar Henao y Manuela Escobar Henao), quienes conscientes de lo siniestro que fue su padre, pidieron perdón a sus compatriotas por las barbaridades cometidas por su padre contra Colombia y el mundo. Ellos – muy decentes – jamás incurrieron en el irrespeto, burla y agresión, de salirle a su pueblo, con aquello de su padre fue un gran ser humano, tal como desaprensivamente lo hace Ramfis Domínguez Trujillo con la nación que su abuelo masacró, robó, humilló y avergonzó durante 31 largos años.
C – Todo el horror de la narrativa anterior que revela el prontuario macabro de la familia Trujillo, es suficiente para nuestro pueblo externar un rechazo tajante a las pretensiones presidenciales del tal Ramfis Domínguez Trujillo y de cualquier otro Trujillo o Trujillito, para expresarle a todo pulmón: ¡Carajo, a los 60 años de ajusticiado aquel tirano, en nuestro país no hace falta un Trujillo ni Trujillitos, sino, los hombres y mujeres como los de la “Raza Inmortal” y los demás que combatieron a Trujillo y a Balaguer, a sus regímenes de oprobios, y a todo lo que ellos representaban y aún representan.
Quien tenga oídos…que oiga
No hay comentarios